La edad mínima de contratación de un seguro de vida son 14 años y la edad máxima son 64 años.
Más allá de esos límites, suscribir una póliza es recomendable pero no obligatorio, al menos en términos generales ya que sí toma este carácter cuando, por ejemplo, suscribimos una hipoteca.
Además, suele utilizarse como una forma de ‘blindar’ a la familia en caso de fallecimiento o invalidez del asegurado.