La mitad de los usuarios que tienen contratado un seguro médico pagan dicha póliza de su bolsillo, mientras que la otra mitad está cubierta con una póliza que asume su empresa actual. Es lo que se desprende de la encuesta lanzada por Bibe durante el mes de enero en sus redes sociales (Twitter y LinkedIn), y que ha estado abierta a la participación de cualquier persona.
Siete de cada diez personas participantes en el sondeo han respondido que, en la actualidad, no tienen contratado este tipo de seguro, del que, según los últimos datos publicados por la OCU, son usuarios más de 13 millones de personas a través de pólizas individuales o familiares.
El objeto de este estudio era conocer el tipo de suscripción a los seguros médicos, una solución aseguradora cuya tasa de contratación está aumentando en España, al posicionarse como una solución ante el colapso de la sanidad pública derivado de la pandemia que afecta a todo el mundo actualmente. Según datos globales manejados en el sector asegurador, puede darse el caso de que el seguro médico privado lo pague el propio beneficiario, o que forme parte de los beneficios sociales de la empresa para la que trabaja; también existe la posibilidad de contar con las coberturas de esta póliza por pertenecer a algún colectivo, entidad o asociación, y sean estas quienes se hagan cargo de su pago. En menor medida, existen personas suscritas a este tipo de coberturas, cuyas cuotas costean empresas para las que han trabajado pero donde no constan como empleados en activo.
En concreto, el estudio revela que el 28% de las personas que han participado en la encuesta, están cubiertos por un seguro médico. De ellos, la mitad señala que es la empresa actual quien corre a cargo del pago, y la otra mitad pone de manifiesto que son ellos mismos quienes realizan la contratación, a beneficio propio o de su unidad familiar. En el lado opuesto, el 71% de los participantes declaró no tener contratado un seguro de salud.
En todo caso, es evidente que la crisis del COVID-19 ha cambiado la perspectiva con la que la sociedad valora la salud y, además, ha llevado a las personas a experimentar una transformación de sus prioridades. De hecho, el bienestar se ha convertido en una de las principales preocupaciones para todos. Por ese motivo, cada vez más personas optan por la contratación de un servicio médico privado que sirva para complementar los servicios de la sanidad pública.