Cuando contratamos un seguro médico, por lo general, el tomador recibe un documento donde se nos indica el cuadro médico con la relación de facultativos pertenecientes a la compañía que proporciona el seguro. El usuario debe así ceñirse a ese listado sin posibilidad de optar por otro centro médico.
Ahora bien, si se opta por un seguro médico de reembolso, el tomador elige cualquier centro médico (sin ceñirse a una lista), abona la consulta y posteriormente la compañía le reembolsa dicho importe. De este modo el asegurado queda cubierto y totalmente libre en su elección.
No obstante, cabe destacar que el reembolso de dicha consulta por parte de la compañía aseguradora puede ser total o parcial según el porcentaje contratado en la correspondiente póliza. Esta suele cubrir el 100 % de los gastos o el 80 %. Pero la proporción dependerá siempre de lo pactado con la compañía.